Al menos 165 personas murieron a causa de las lluvias torrenciales que golpearon la madrugada del martes la capital de la República Democrática del Congo (RDC), Kinshasa, confirmaron el jueves a EFE las autoridades de la provincia homónima tras el hallazgo de nuevos cuerpos.
“Se han descubierto nuevos cuerpos, once en lo que llevamos de día, en los escombros (en la comuna de) Mont Ngafula, lo que nos da un recuento provisional de 165 muertos”, dijo a EFE este jueves por teléfono Pascal Ngara, director del Gabinete de la ministra de Salud Pública provincial, Liza Nembalemba.
“Se trata de cuerpos ya en estado de descomposición que hemos transportado a la morgue central del Hospital General de Referencia de Kinshasa”, añadió Ngara.
El martes, las autoridades provinciales habían situado el número de fallecidos en 137.
“Hay más daños prácticamente en todos los barrios de mi comuna (Ngaliema), sobre todo los que se encuentran a orillas del río (Congo), porque las aguas del río se han desbordado”, señaló a EFE ese día el alcalde de esa demarcación, Mayibanzi Ilunga.
De acuerdo a los datos oficiales, un total de 38.787 hogares sufrieron inundaciones y 280 casas se derrumbaron como consecuencia de las precipitaciones.
El presidente de la RDC, Félix Tshisekedi, expresó su “gran pesar” por la tragedia desde Washington, donde asiste a la cumbre de Estados Unidos y África.
Según informó a través de la red social Twitter la Presidencia congoleña, el jefe de Estado decretó tres días de duelo nacional, a partir del miércoles, y acortó su estancia en EE.UU. para regresar este jueves, si bien todavía no aterrizó en su país.
Kinshasa, que tiene más de 15 millones de habitantes, se alza a lo largo de la orilla sur del río Congo, el segundo más largo de África después del Nilo, donde la ciudad ha experimentado un gran desarrollo urbano acompañado a veces de construcciones sin planificación ni regulación.
Además de las muertes y las viviendas dañadas, las lluvias causaron afectaciones en toda la ciudad. La circulación en por lo menos una de las principales vías de la capital quedó interrumpida por completo y gran parte de la ciudad continúa sumergida.
Algunos residentes de Kinshasa dijeron que no estaban sorprendidos por las inundaciones y muertes, señalando que las condiciones de vida en esas zonas son malas.
“Cada vez es más urgente que la autoridad urbana se enfoque seriamente en las construcciones importantes en la ciudad para minimizar la magnitud de este tipo de desastres naturales”, señaló Fridolin Ambongo, arzobispo católico de Kinshasa.
(Con información de EFE y AP)
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